by Jesús Morales Serrano... Con la tecnología de Blogger.
martes, 11 de diciembre de 2012

La última palabra del demócrata

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   En la madrugada del 7 de noviembre europeo, la noche del 6 en Estados Unidos, me mantenía en vela contemplando el ordenador, reflexionando acerca de cómo se producía uno de esos hitos históricos que se guardan mejor en la mente humana que en las pesadas enciclopedias o en las modernas wikipedias. Miento si digo que la reelección de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos fue un hito, cede a la controversia, al menos sí fue capaz de evocar el recuerdo de aquel sueño que comenzaba en 2008 cuando por primera vez un hombre negro se sentaba en el despacho oval de la casa blanca. Sea o no acontecimiento histórico lo cierto es que Obama volvió a regalar al mundo una noche mágica (con el tuit más rettwiteado: "Four more years" todo nos parece made in Hollywood) tras el desgaste de cuatro años de una legislatura, en mi opinión, insatisfactoria.

   Después de una campaña algo irregular, el demócrata volvía a abrir la agenda en el mismo punto y lugar en que la había dejado, desplazándose a Birmania en visita diplomática y siguiendo de cerca la crudeza del conflicto sirio. El pueblo norteamericano había avalado hacía unos años su proyecto reformista: un ideal de los viejos cánones del Estado de Bienestar europeo (hoy aparentemente extinto tras el derrumbe económico aparejado a una crisis de raíces privadas) por el que la oposición, los lobbys e imagino que más de uno de los suyos no estaban dispuestos a perder más tiempo que el necesario para boicotearlo. Proyecto que se verá nuevamente frustrado por quienes esperaban una transformación completa, más allá del efectivo tránsito a una reforma sanitaria, de los parámetros trazados por el capitalismo de la Guerra Fría. Obama no es muy diferente a otros presidentes demócratas, sigue la estela de un estado que parece vivir ignorante a las realidades que se viven en el resto del mundo y, lo que aún sorprende, a las que se viven en el propio país. Y hablo del demócrata y no del presidente o aspirante republicano porque del discurso del primero pueden generarse expectativas que, con mejor o peor éxito, lleguen a cristalizar en el sistema, mientras el segundo, aun fuera del gobierno, postulará por el conservadurismo radical y el liberalismo salvaje de los mercados ("a la derecha de nuestra derecha" decía uno de mis profesores) y difícilmente catalogable como demócrata (ahora en el sentido más amplio del término) a este lado del Atlántico. El estado de estados está, por el momento, avocado a vivir la realidad que ha escogido, quizás también el resto de Occidente lo haya hecho, silenciando a la importante minoría de la pobreza.

   En materia de defensa, interior o política internacional se han mantenido algunas constantes, si bien se ha cerrado página en Afganistán e Irak, se han guardado en un cajón cuestiones trascendentales como la clausura de Guantánamo, vetada en el Congreso, y el de los centros clandestinos de detención (y tortura) de la CIA, reclamado en su día por Naciones Unidas. El imborrable y aplaudido (hay quien dice que no suficientemente contrastado) asesinato de Bin Laden y el de aquellos que se encontraban con él en el momento de su muerte. Uno y otro son avales a la presunción de supremacía de su jurisdicción y al ejercicio continuado de terrorismo de estado, que desde luego conduce al repudiable equilibrio entre la figura de uno y otro ejecutor. Quitamos, sin quererlo, brillo a la inesperada y precoz medalla del Nobel de la Paz de 2009. 

   Siendo justos con Obama, así lo merece, su gobierno ha sido capaz de llenar de esperanza el corazón del norteamericano de la calle que ve en su figura a la del líder capaz de romper las desigualdades sociales y recuperar todo el sentido al sueño americano de las clases medias desdibujado desde los años treinta. El ciudadano que vive feliz con una vida sencilla, de la que tanto podría hablarse y de la que se ha escrito tan poco, que no siente complejo de banderas, no tiembla por la patria, ni envidia al gigante chino, pues conoce que en su superioridad se esconde el sufrimiento de quienes como él también anhelaban y no consiguieron disfrutar de esa vida sencilla.



   El problema, en abstracto, que se corre poniendo en duda a los líderes que apuestan más firmemente por los ideales democráticos, que hacen valer las estructuras del Estado de Derecho y la salvaguarda de los derechos de sus pueblos, reside en el auge de alternativas que hacen peligrar las libertades adquiridas. 

   La última huelga general en España deja evidencias de lo que trato de explicar. De un lado, volvió a exhibirse violencia de algunos individuos que mantienen, espero que con vergüenza, la placa policial. La carencia en la diligencia debida (la mente fría de quien sostiene un arma) deja clara la insuficiente cultura ética, jurídica y social de aquellos que en ejercicio de sus funciones causan maltrato, pero también, y esto quizás es más alarmante, lleva en su trasfondo implícita una incuestionable orden político-gubernamental que disgusta del sano ejercicio del derecho de reunión.

   Por otra parte los mal llamados piquetes informativos (en 2012 y con los avances informáticos carece de sentido dar a conocer a nadie la convocatoria de una huelga general que está siendo radiada en todos los medios y redes sociales) ejercen igualmente la violencia y no es mejor que la de los anteriores, lo que demuestra que cuando se tira de la cuerda por este otro lado la democracia también acaba destartalada. Refugiados en la tensión y el insulto rebajan un sistema que les viene grande, haciendo de su inseguridad la anarquía.

   Vivimos días en que el concepto de Estado y la unidad ideológica en el mínimo común denominador que conlleva sostenerlo se han puesto radicalmente en duda, ya no se deja cuestionar sólo por quienes, vulnerables o no, se sienten desprotegidos por el sistema, ahora aúna el grito ahogado de más de un intelectual que se ha aburrido de la corrupción y el escándalo. La realidad es compleja. Sigo pensando que no hay más demócrata que quien escucha y vive en el pueblo respetando la diversidad ideológica aun cuando no haya motivos compartidos, el que da cabida y disfruta en el debate y el que no permite distorsión alguna de la libertad de expresión.

   ... Y ahora que la alegría de la victoria en su noche electoral se empaña en mis ojos por el triste y profundo temor de que el hombre bueno fuera sólo el símbolo del hombre negro, es cuando me reafirmo como el pueblo americano, quizás ignorantes, en concederle ese bien, tan extraño en la vida, que es el de las segundas oportunidades.

   Ahora el demócrata es quien tiene la última palabra.

(...) 

   La música de un violín despeja mis reflexiones, detrás de él un músico toca con entusiasmo ante la indiferencia fingida de su aforo. El metro da algún que otro vaivén pero no desagrada, ni siquiera es perceptible, al viajero que se mueve en transporte público con frecuencia. Entran y salen masas de gente y en el suelo hay un diario que habla del reconocimiento de un Estado y de Naciones Unidas, y en letras muy grandes el nombre de Israel y el de Palestina.


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jueves, 1 de noviembre de 2012

Hombre de otoño

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   A menudo me pregunto cuánto puedo aguantar sin escribir en el blog... no es nada excepcional, me pasa con frecuencia, sobre todo en la piscina cuando pienso en el tiempo que puedo permanecer bajo la superficie conteniendo la respiración... es entonces cuando el ansia por el oxígeno (los más románticos dirían que por la vida) me obliga a salir al exterior con el corazón agitado. No me desagrada la sensación y es por ello que la repito usualmente intentando recorrer mayores distancias o aguantar más segundos dentro del agua. Con el blog, sin embargo, las ausencias suelen ir envueltas de desazón... por el tiempo malgastado en asuntos de apariencia irrelevante o en las ganas para describir rutinas que, divertidas o profundas, no dejan de ser personalísimas, no sólo por la privacidad también por la carencia de interés.

   Esta es la primera vez que no he publicado nada en el mes de Octubre, mi mes y el de Diente de León, y quizás por ello la necesidad de escribir unas líneas introductorias llenas de pretextos, de excusas banales que me permitiesen continuar divagando pensamientos en la web.

   Con la última entrada, La Matrioska, abordaba el debate catalán en clave histórico integradora, desde entonces se ha hablado mucho y muy burdo, por lo que me he ido apartando del tema como el recién llegado a una fiesta a la que no se le ha invitado (salvo que seas Peter Sellers en El Guateque). Por otro lado, y como adelantaba entonces, las elecciones vascas se saldaron con un triunfo nacionalista que deja la puerta abierta a un futuro paralelo entre la Señera y la Ikurriña, en Galicia arrolló el PP, y el PSOE que empieza a presentar síntomas de enfermo crónico (como el PASOK griego) lanza mensajes ambiguos y se muestra endeble ante una creciente oposición (más radical y menos demócrata) que lucha por arrebatarle la hegemonía de las izquierdas.

   Escribí la última entrada el catorce de septiembre y tan sólo un día después, tras haber visto frustrado por la tormenta un divertido plan de cañas y bares con mi amiga Carmen en el día grande de romería de mi pueblo, me sorprendí creando un segundo blog hermano y secuela de este primero, en el que a diferencia de Diente de León (que es y siempre será cabecera) no escribo y apenas si comparto. Me dedico a disfrutar observando imágenes fantásticas, fotos que un puñado de seres excepcionales gustan de enseñar al mundo y que a su vez, reciben la llamada de miles de personas "reblogueando" el contenido en una cadena de solidaridad y belleza sin parangón. La firma, muy alejada del estilo Blogger, se abre paso entre las posibilidades de escribir, ver y difundir en tiempo real a lo Twitter, pero en tanto blog con un contenido de calidad alejado del concepto (si se quiere más escueto) de las redes sociales. Es un blog de blogs, es Tumblr. 

   En España, y por lo que he ido preguntando a mis conocidos, el mundo Tumblr. está aún por descubrir (es posible que nunca se descubra) pero en otros países como Brasil, Chile o Estados Unidos y sobre todo entre la gente más joven está muy extendido, cultivando por donde pasa la tendencia y subculturas hipster, pop, vintage o naíf que acabarán vertiéndose en las formas de vida y expresión de la gente y de sus pueblos (Canta Love of Lesbian "Lo habitual, lo normal, ser ciudad. Tendré que reinventar, reinventar mi ciudad.... Soy ciudad" en su tema Cínicamente muertos).




 
   Con todo este rollazo y todavía no os he mostrado mi segundo blog, se llama Magic & Fun. y el dominio, ghibliote en honor a Studio Ghibli, es el siguiente: 


   Con el final de septiembre y el transcurso de octubre he recuperado mi espacio en Madrid, aunque de un modo diferente al de otros años porque la vida, que va marcando los tempos y a veces nos pilla desprevenidos, no regala dos días iguales. Ahora conduzco de verdad, y me enfado con la ciudad y sus conductores, a menudo mal educados y agresivos, personas frustradas que desconocen el motivo de su prisa. Yo no quiero vivir así. 

   Las revueltas que azotaron la ciudad después del boom del 25S dejaron claro varias cosas, de un lado que el ciudadano (manifestante o no) está agotado del sistema en que vive y en el que ha colaborado por dotar de existencia y, lo que es más grave, lo está de buscar alternativas a una sociedad naturalmente ingrata. Por otra parte, la imagen de los antidisturbios en Atocha lanzando pelotas de goma a través de las vías de cercanías resume el significado de eso que algunos ahora llaman "marca España".

   En este lapso temporal, el de la ausencia, he escrito varias entradas incompletas, borradores que nunca verán la luz y en su caso, el de alguna que puede verla en un futuro muy lejano, cuando las palabras que la integran hayan perdido su sentido o cobren uno diferente. 

   He soñado mucho, aventurándome en aldeas enterradas llenas de gente, de fiesta y de luz o dando alimento, abrigo y cobijo a un gato enclenque y enfermo que se transformaba en una preciosa ser diminuto. Al despertar, sólo la almohada se acuerda de los pormenores y Madrid vuelve a aparecer entre la niebla ante mis ojos, frío y gris como nunca antes lo hubiera imaginado, como si viviera sumido en un otoño eterno, como el paseante que camina hacia el cementerio de sus recuerdos.

   Quizás algún día vuelva a narrar sus sueños. 


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viernes, 14 de septiembre de 2012

La Matrioska

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   Así empezó todo, fue el once de septiembre de 2012, ese día se cumplía con el undécimo aniversario del atentado terrorista que colapsó la ciudad de Nueva York e impactó al mundo. Once años más tarde amanecía fresco en Barcelona aunque el día se caldearía en las horas centrales, no abandonaba el verano a la Ciudad Condal, en el transcurso de la tarde fueron llenando las calles varios cientos de miles de personas que abrazando la Señera o la Estelada festejaban la Diada Catalana. Desde luego los hechos que se produjeron el martes pasado no representarían la trascendencia mediática que arrastró la caída de las torres gemelas, pero quizás... y esto es lo que hoy escribo y no concluyo, daría origen a algo que llevaba dejándose oír durante mucho tiempo en todos los rincones de España, y hasta en algunos del extranjero, un grito mudo que ahogaba las esperanzas de los que alguna vez hemos creído en la unidad del país. Un grito que clama la palabra Independencia.

   Independencia. Trece letras e infinitas connotaciones, empezamos.

(...)

   Como tantas otras veces he vuelto a empezar por el final, será por esto de la insoportable incertidumbre que entraña todo desenlace. El comienzo, sin embargo, es tan antiguo que he de barrer todo el siglo XX, hasta llegar a la moderna y segunda República Española, donde sin encontrar firmes referencias a la descentralización, se perfilan los estatutos de las comunidades donde el germen nacionalista había brotado con más éxito, coincidían, dicho sea de paso, con aquellas que compartían otra lengua diferente al castellano (Catalán y Cataluña en el '32, Euskera y País Vasco en el '36 y el Gallego en Galicia que no llegaría a ver la luz, tras los avatares de la guerra y la cara puesta al sol).

   Después de la guerra llegaría el Caudillo Franco (inciso: a menudo le llamo Comandantín, tras ver uno de esos vomitivos debates del sábado noche en telecinco en que una María Antonia Iglesias histérica aseguraba que debía ser recordado por su mote original, un juego de altura entre dos gigantes de nuestra historia, yo la creo). Volviendo al tema, el general tenía mucho miedo a la idea de la descentralización, no hablemos del federalismo (o de la democracia, la división de poderes, el Estado de Derecho, los derechos humanos...) y es por ello que creó un lema sencillo y de fácil recuerdo: Una, Grande y Libre.

   Pero el eslogan era falaz. España ya no era grande, se habían perdido los bastiones americanos y asiáticos, y el Marruecos español se entrega en el '56. Los nostálgicos que recordaban el siglo aquél en que el Imperio no veía ponerse el sol se acostaban en la penumbra de la franja horaria GMT +1. España no era libre, huelga decir más. Y pese al camuflaje del dictador, España no era una, nunca lo había sido (recordemos que el Reino no es sino la asociación de los históricos de Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada) y nunca lo sería, pues en su seno vivían y viven muchas personas de diferentes sensibilidades que no obedecen a cánones prefabricados, ni sentían ni sienten lo mismo al escuchar el himno ni ver ondear la rojigualda. 

   Reconquistada la democracia, las reglas del juego se ven modificadas, los españoles ratifican una Constitución, que natural e inmediatamente se convierte en suya, y que conlleva la aceptación de figuras tales como la Corona (extinta desde el '31), el nuevo y divertido Estado de las Autonomías, el Tribunal Constitucional o un buen catálogo de derechos. Por entonces las apagadas esperanzas nacionalistas en los territorios catalán y vasco vuelven a despertarse, pero siguen diferentes cauces. Mientras en País Vasco el nacionalismo emulará los pasos de Irlanda en su lucha por la secesión, derramando por el camino muchísima sangre (la sangre inocente siempre es excesiva), Cataluña se amoldará con más comodidad al humilde estatus regional a la espera de absorber el suficiente poder, vía democrática, para alcanzar un respaldo social considerable que levante de la comunidad un Estado, para el caso se aprecian similitudes al independentismo de Quebec en Canadá o Escocia en Reino Unido.

   Hoy mucha gente critica a placer el Estado de las Autonomías, y aun con sus evidentes desperfectos, no seré yo quien venga a subirme al carro. El hecho de crear identidad de región, fomentar la cultura y la lengua propias, madurar la costumbre en la innovación del presente, hubiera sido impensable sin la rica participación de las diecisiete comunidades. Ahora bien, es evidente que el objetivo de la Asamblea Constituyente no era, y no cabe otra interpretación, abrir las puertas a la segregación de estas regiones del Estado, de ahí la redacción de los artículos dos (indisoluble unidad de la nación) y ciento cincuenta y cinco (suspensión de la autonomía).

   Concluyo el enredo volviendo al presente:

   Después del Once de Septiembre y, como suele ocurrir después de una profunda tormenta, impera una calma tensa y enrarecida ante la previsión de futuras precipitaciones. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no perseguía en origen la consigna independentista sino la formación de un nuevo Pacto Fiscal que cambiase el modelo de financiación autonómica (por el que Cataluña paga más de lo que recibe). En una estrategia netamente política invitó a la ciudadanía catalana a la congregación el día de la región aullando por la independencia, tan temida en Madrid, como instrumento de presión al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de cara a su visita del 20 de septiembre.

   La estrategia, a tenor de la respuesta ciudadana (se estima en un millón y medio de personas) habría sido todo un éxito. La pelota está en el tejado de Rajoy y todo apunta que va a necesitar un par de paraguas si no resuelve la cuestión con más celeridad de la que nos tiene acostumbrados, pues de un lado, si atendemos exclusivamente a la formación del Parlament catalán, el referéndum podría saldarse con una victoria aplastante del Sí a la independencia (entre un 60 y un 70% de los sufragios) y de otro, las elecciones vascas previstas para el 21 de octubre auguran una victoria nacionalista reforzada con los independentistas de Sortu. Sin lugar a dudas puede desatar una oleada separatista sin parangón en la historia reciente.

   De formalizarse la independencia catalana y/o vasca se constataría que la descentralización que tan bien estaba funcionando en otros países de Europa y América no ha cuajado del mismo modo en España y, en el caso hipotético, forzaría la desaparición del país. Si éstos u otros territorios salen del Estado el espacio que hoy conocemos como España podrá seguir siendo así llamado, pero técnicamente designará una nueva realidad.


   Precisamente porque España no era Una, sino porque España son Muchas he querido titular a la entrada La Matrioska, la famosa muñeca rusa que al abrirla deja ver otras más pequeñas en su interior. Siempre he creído que nuestro país, más allá de diferencias geográficas, escondía una inmensa diversidad ideológica y social que la convertía en un país plural de puertas castellanas y ventanas mediterráneas abiertas a la convivencia de sus gentes, lo que es (sin necesidad de aditivos) tremendamente sano.


Una preciosa Matrioska rusa, hallada en el tumblr. "The Yellow Kite"
 

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sábado, 25 de agosto de 2012

Sabelotodo

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   Hace un puñado de entradas os prometía que no volvería a hablar de la situación económica del país mientras ésta esté ahogando a tantas personas. La realidad es que hoy voy a romper mi promesa, al menos parcialmente, no pretendo hablar de las políticas fiscales que lleva a cabo el Gobierno ni las monetarias que se reclaman al BCE, tampoco quiero ahondar en sus efectos ni destapar la cara más amarga de esta crisis, la que tiene nombre de niño, la que inexorablemente se encontrará con un futuro negro.

   Hoy quiero hablar de conducta y sociología.

   Todo comenzó un día de verano en que, como en tantas otras mañanas de agosto, me encontraba en la piscina municipal disfrutando de los rayos de sol más vivos y profundos del estío, del agua y el baño, de la calma de un buen libro bajo la sombra de un árbol. Disfrutando del placer de la desconexión. Tumbado en la parcilla con la mirada perdida en el cielo, escuché sin pretenderlo la conversación entre un bañista de mi pueblo y otro alemán. La conversación versaba precisamente sobre la coyuntura político económica que atraviesa el país y su desencadenante europeo. La realidad es que el hombre de mi pueblo se las daba de entendido, y como quien no quiere la cosa vaticinaba la caída de Alemania, la Unión Europea y hasta Estados Unidos. Quiero pensar que se refería a una caída de su GDP (PIB). Ante la erudición del caballero, el alemán y yo quedamos igualmente contrariados, cómo podía un hombre de su altura intelectual estar chapoteando en una piscina de pueblo, en lugar de participar con su conocimiento y su predicción en los gabinetes de Rajoy y Rubalcaba. 

   Parece que el buen hombre, no quedó satisfecho con la clase magistral de economía acuática sino que al día siguiente lo vi rodeado de un grupo de parroquianos con quienes debatía acerca de la mala educación de los jóvenes de hoy y los problemas que atraviesan nuestras aulas. 

   El hombre no es economista y hace mucho que no pisa un colegio o escuela, sin embargo, siente la autoridad moral de compartir sus impresiones con el resto, lo que ha ido oyendo de aquí y de allí, lo que no ha visto pero alguien le ha contado, porque el hombre no necesita conocer ni contrastar demasiado para ofrecer todo lo que lleva dentro en sus seminarios, eso sí, de chancleta y flotador.

   Respeto la libre expresión, allá cada cual, pero hay ciertos espacios y momentos, uno de ellos es la piscina y el relax que por definición me tiene aparejada, en que no puedo tolerar conversaciones tan recurrentes y pobres como aquellas con las que el hombre pretendía comulgáramos.

   En realidad su teoría del "dominó" no es nueva, la ha podido escuchar desde que comenzó la crisis con los primeros avatares en la decadente Grecia. Aquella que postulaba que la vehemente interrelación económica, política y social del continente (expansible a todo el mundo occidental) acabaría repartiendo los resultados de la crisis por todos los estados europeos, que como piezas de dominó, irían cayendo uno a uno, arrastrados por la inercia del movimiento. Trágica consecuencia de la comprensión de un mundo globalizado.

   La teoría no es mala, pero está incompleta, deducir que la situación española (azotada por un desempleo que duplica al de la eurozona y la UE) es consecuencia reconducible a la tragedia griega me parece irracional, al menos si se piensa desde la exclusividad del curso causal, desde luego es cierto que el aumento del riesgo soberano se incrementa por las previsiones especulativas de los inversores, pero los fallos sistémicos que todavía arrastra nuestra economía son anteriores y, hoy por hoy, más preocupantes.

   La cuestión, volviendo al piscinero (que me está haciendo la entrada) es que desde que empezó la crisis económica, en el lejano 2008, la sociedad ha visto alterar su rol incorporando ahora una mentalidad de reproche, que se abre camino entre la amargura y la responsabilidad social. Desde que empezó la crisis todo el mundo tiene un pequeño "sabelotodo" dentro que le dice lo que debería haberse hecho antes de llegar a la situación actual, un sabelotodo que le permite debatir acerca de temas que le son del todo ajenos y de los que apenas si conoce sus nombres (prima de riesgo, deuda soberana, déficit público, inflación...). El problema no está en que la gente quiera participar en la economía (ello es muy sano) el problema es que no se preocupan por formarse para tener conocimientos amplios y objetivos, el problema reside en que la mentalidad del reproche no es constructiva, no persigue soluciones sino culpas.

   Así bien, siento que hemos perdido el valor del silencio y de la escucha. Que seamos libres de expresión, no nos despoja de la racionalidad para discernir las cuestiones en las que podemos participar con coherencia. Es el valor de la persona que cultiva su conocimiento y no habla por hablar.  


Fotografía de Vivian Maier


   ¿Dónde hemos guardado el gusto por lo sencillo? Las conversaciones de cafetería (quizás también las de piscina) gozaban antes del sabor al reencuentro y la confidencia, de inquietudes personales y mundanas, parcelas tan alejadas al rumbo gris de la economía. Compartiendo meriendas de nostalgia y reflexión en que sin mediar palabra se cruzan miradas ensordecedoras. 

   Hoy me encuentro desolado en un país de sabelotodos (probablemente yo he sido el primero con esta entrada) que, a toro pasado, despliegan un sainete de opiniones en que la trama es España. Rayando el esperpento descubro que todos están ciegos, yo el primero, no hay sabelotodos, hay sabelo-nadas.
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domingo, 5 de agosto de 2012

De la teoría del dolor y la libre expresión

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   Hoy escribo desde el enfado bloggers. No suelo medir mi estado de ánimo en estas circunstancias, pero sé que hoy estoy enfadado y es de justicia que lo sepáis.

  Antes de narraros los desencadenantes, quiero compartir con vosotros una teoría que he desarrollado para la ocasión. La he bautizado "Teoría del dolor" pero siendo puristas ha de ser llamada "del mal estar" para diferenciar el dolor de los otros dos elementos básicos que integran mi diagrama. La teoría, como las grandes teorías, requiere de círculos secantes, para el caso, ilustrativos de los estados anímicos que rodean al dolor.




   La realidad que intento exponer es que se puede estar dolido sin por ello sentir enfado o tristeza, y del mismo modo para los adyacentes. Así con el dolor, me encuentro con personas que bien por falta de carisma o un bloqueo emocional son incapaces de exhibir otro sentimiento distinto al dolor, quizás es más frecuente en el dolor físico por la fuerza de la psique que arrastra una cadena de sentimientos.

   El dolor, como la tristeza y el enfado, puede presentarse en distintas formas, o gamas de color, según se ahonde en su profundidad. Por ejemplo, si pensamos que el color de la tristeza estándar es el amarillo, ésta se moverá desde un pálido con el mal examen a un tostado casi negro por la muerte del ser querido.

   He querido cerrar los círculos del mal estar con la posibilidad de contingencia entre ambos lo que se saldaría en conductas:

a) Melancólicas, para la combinación de tristeza con dolor.
b) Rencorosas, para tristeza con enfado.
c) Irascibles, para dolor con enfado.

   La teoría se completa con el ánimo MM (Muy Malo) que sería la fusión de los tres básicos anteriores. Me he visto incapaz de adjetivar esta emoción pues creo sinceramente que nunca la he sentido y, aún más, me atrevería a decir que muy poca gente lo ha hecho. 

   Pienso que debe ser un sentimiento de ruptura abrumadora y extrema conmoción. Sólo adivino a asociarlo con la madre que sobrevive a sus hijos.

   Volviendo a mi historia, os comentaba que hoy estoy enfadado, y lo digo con esta propiedad. En una escala de color que ha ido evolucionando desde el rojo fuego del shock inicial hasta el magenta edulcorado pasadas unas horas.

   Todo comenzaba esta mañana cuando abría, como es mi costumbre, los diarios digitales del país y me sorprendía al descubrir el despido de Xabier Fortes, periodista y conductor del formidable magazín "La Noche en 24 horas". Uno de esos debates en que, todavía hoy, el espectador puede disfrutar sin temor a la aparición de la nausea.

   Un programa ágil e imparcial que, dejando a un lado galardones, fue trazado con acierto y sin temor a la censura por Vicente Vallés. Xabier fue un orgulloso continuista, manteniendo vivo un formato que merecía estar en parrilla y en prime time.

   El disgusto por la salida de Xabier no ha sido sino el preámbulo al que estaba por venir.

   Hacia el mediodía he conocido el despido de Ana Pastor. Un despido que ha sido vendido burdamente por una, tan nueva como irreconocible, RTVE que declaraba el rechazo de la periodista al cambio de programa y de horario. Después de seis años de dedicación en la pública, hoy Ana ha debido sentir vergüenza de la que ha sido su casa (un fallo dejar fuera de la teoría del dolor a la vergüenza).

   Me atrevo a decir sin ambages que Ana Pastor es una de las mejores y más críticas periodistas de nuestro país. No conociendo de partidos, ejerció su profesión del modo más cercano al espectador y libre de ataduras éticas o estéticas fue abanderada de la libertad de expresión.

   Libertad de expresión que hoy se pone en jaque en un país que anda sin rumbo y atontado por la economía se permite despedir por la puerta de atrás a Xabi y a Ana.

   Ambos mantuvieron su integridad a salvaguarda en todo momento, y no me cabe duda que los dos, Profesionales, no encontrarán obstáculo alguno en el hallazgo de ofertas de empleo. Pero nunca será lo mismo porque reunidos en el medio público nos hacían cómplices de una información elaborada y conocida por y para todos.


... y ese es el motivo por el que paso del enfado a la tristeza y de ésta a la melancolía.
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lunes, 16 de julio de 2012

La edad de Oro del Pop español

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   Cuentan quienes saben de la música, que el género más comercial y difundido en la cultura contemporánea es el Pop, su origen etimológico no es otro que "popular" luego es aquél nacido por y para el pueblo. Esta corriente persigue la emoción artística que respira la sociedad y de la que se nutren los compositores.

   Debo reconocer, pues es de justicia para el lector, que amo el Pop, el buen Pop, sobre todo en dos subtendencias no muy extendidas: el Indiepop y el Synthpop. El primero con los ritmos y colores más retros, propios de la década de los sesenta, y el segundo, un sonido más plástico y técnico, del que creo se vive ahora su época de máxima expansión, y cuyo origen se remonta a los ochenta. Algunas de mis bandas favoritas como La Casa Azul, fun., Young Liars, Röyksopp o Foster the People, juegan con mayor o menor frecuencia en este terreno. Son quizás, así quiero creerlo, las canciones que pueden marcar el tiempo en que nos desenvolvemos (la nueva década de los '10s).

   En nuestro país el Pop vive una trayectoria tardía e inconstante, lo que es acorde con la historia reciente de España. Hasta bien entrada la década de los sesenta no puede hablarse de una implantación, que no fuera importada, del género. En los cuarenta y cincuenta las canciones que llenaban las verbenas y tertulias eran, con suerte, pasodobles, boleros y miscelánea flamenca. El estado vive una dura posguerra que se traslada a las composiciones musicales, con la sombría y un anhelo de esperanza que, quizás también, lo sea de los ritmos alegres que se dejaban oír en los cafés de Londres o Nueva York.

   Con el reblandecimiento del régimen y la cultura del guateque, se abre una pequeña puerta a un grupo de neorevolucionarios, modernos en un país antiguo, que encabezados por el "Black is Black" de Los Bravos encuentran la masiva aceptación del pueblo. Son POPulares. Después, o puede que al mismo tiempo, se gesta el movimiento Ye-yé (en esencia franco-hispano) que dio un giro social y cultural en la época fortaleciendo, desde la dulzura de sus letras, el rol de la mujer independiente, trabajadora y moderna.




   Así pues, los últimos años de la dictadura se vivieron, con mejor o peor fortuna, cantando y bailando los temas de Marisol, Los Brincos, Helena Bianco y los Mismos o Karina. El Pop había tocado a la puerta, pero aún estaba lo mejor por llegar (¿también lo peor?).

   Con la muerte del Caudillo y el ansia democrática, renace un espíritu musical totalmente distinto a los ritmos anteriores (algo manidos y recatados) que evoluciona galopante hasta alcanzar el auge en un Madrid enfervorecido por la Movida que envuelve las calles que rodean a la Gran Vía, sorprendiendo a la noche y rompiendo, de un modo radical, toda atadura ética y estética relacionada con el régimen.

   En este punto hablar de la calidad musical del Pop de los ochenta desataría un debate infructífero, no hay nada más subjetivo que el gusto cultural, pero sí que creo que existe un alto grado de consenso en considerar a esta década (1978 a 1990) la más libre, juvenil y divertida de cuantas hemos conocido. Es por ello bautizada como la "Edad de Oro del Pop español" (La Edad de Oro es el nombre de un programa de Paloma Chamorro para Televisión Española que dio a conocer los nuevos grupos del movimiento y también es título de un álbum recopilatorio publicado en 2001 con más de cien temas y muchas horas de música sólo aptas para los más fanáticos de la Movida, edición que debió gozar del apoyo popular pues se han editado hasta doce volúmenes).

Fotograma de "Pepi, Luci, Boom y (...)" de Pedro Almodóvar.
   Así, la libertad de expresión viene a romper barreras en el panorama musical. Se desentierra incluso la exiliada canción protesta que algún día abanderó el magistral Paco Ibáñez llenando el Olympia de París. Pero a diferencia de los neorevolucionarios y ye-yés de los sesenta y primeros setenta, los de la Edad de Oro lo tendrán (con la libertad adquirida) mucho más fácil, destapando tabúes hasta la fecha inconcebibles y/o inconfesables. Para ilustrarlo quiero recordar Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón (1980) de un Almodóvar en estado puro, un filme con ingredientes sadomasoquistas, lésbicos, drogados y grupis, que habría hecho las delicias de cualquier censor (lluvia dorada incluida).

   Bromas aparte, parece claro que España necesitaba de una Movida que barriera el polvo de la opresión.

   Probablemente los mayores exponentes de la música reciente gestada en aquella década son Joaquín Sabina y Luz Casal, quienes con sus voces rasgadas consiguen abrirse paso cultivando un estilo mucho más cuidado que la tónica imperante, con unas letras que a menudo rayan lo excelso. En estos años ambos nos regalaron grandes temas (Te dejé marchar, Loca o No me importa nada de Luz, Princesa, Que se llama soledad o ¿Quién me ha robado el mes de abril? del maestro Sabina) bañados de penumbra y de Rock. He debido citarlos en la entrada, pues aún sin ser un gran referente Pop, se definen, desde luego, como un hito musical perdido en nuestro tiempo.

   La Movida no tiene un corazón homogéneo, ni se esperaba que lo tuviera, rascando un poco apreciamos una amalgama de voces, estilos, letras y artistas muy diferentes, en general modernos, transversales y atrevidos de su tiempo. Si hay un patrón común es que eran una panda de soñadores... y puede que consiguieran que la gente soñara con ellos. Para la ocasión he seleccionado Ocho de mis temas preferidos, en que busco encontrar ese espíritu pop y esta década de los Ochenta.

1. Cosas de la Edad de Modestia Aparte.


    
2. Mil calles llevan hacia tí de La Guardia.


3. Marta tiene un marcapasos de Hombres G.


4. Ni tú ni nadie de Alaska y Dinarama.


5. Lucha de gigantes de Nacha Pop.


6. Sildavia de La Unión.


7. La casa de la bomba de Brighton 64.


8. La estatua del jardín botánico de Radio Futura.



   Mejor o peor, esta es mi selección, no puedo dejar de invitaros a formar la vuestra con los ritmos y las letras que dejó la Movida. He debido dejar muchos nombres de protagonistas como Duncan Dhu, Cómplices, Los Secretos, Tino Casal o Seguridad Social, que al igual que mis electos luchan por la supervivencia contra el tiempo.

   Todo es pasajero, y así ocurrió que los ochenta dieron paso a los noventa, las luces de la ciudad se fueron apagando o fueron remplazadas por otras que dejaban otro color y un ambiente enrarecido por la novedad del fin de siglo. Así también la música volvió a cambiar, el Pop se consolidó en la dulzura de Ella Baila Sola y La Oreja de Van Gogh, y quizás hacia un degenerado género fusión con estilos recogidos del flamenco, del que muchos artistas dieron cuenta en lo venidero.

   Esperando al futuro me quedo, al menos hoy, abrigado a la nostalgia, escuchando las canciones de otro tiempo, las que revolucionaron el país y dieron vida a la Edad de Oro del Pop español.

(...)

   ¡Y no! No me he olvidado. No me olvido de Ana, José y Nacho, que hicieron historia en nuestra música y cuya historia excede a la Movida. No me olvido ni nos olvidamos, porque no queremos ni es posible, de la banda que más discos españoles ha vendido. No me olvido de Hoy no me puedo levantar, Perdido en mi habitación, Barco a Venus, Aire, Me cuesta tanto olvidarte, Hijo de la luna o Mujer contra Mujer. 

No me olvido de Mecano.
  
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jueves, 28 de junio de 2012

50

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   ¿Volvemos a empezar?

(...)

   Cuando el diecisiete de octubre de un, cada día más lejano, 2010, comencé a escribir el blog no sabía que podía esperarme. Pronto comprendería que no sería yo sino el tiempo el encargado de dar perfil a su joven corazón con relatos variopintos: interesantes y absurdos, emocionales o subversivos. Por mi parte, entonces y ahora, he buscado aportar ese toque de originalidad y punto crítico que hace especial cualquier obra de autor. Subrayo que aparecen las entradas, pues en la mayoría de los casos las ideas y la actualidad han ido marcando el tempo a seguir, agitando mi mente inquieta e hilvanando las historias y las hebras de este Diente de León.

   Lo que hoy os traigo es diferente a todo lo anterior. Esta entrada es punto de inflexión en el camino. Metafóricamente es a una casa su vestíbulo, hall o, mejor aún, su distribuidor, del que se desprenden muchas puertas que nos trasladan a distintos espacios y momentos (siempre de la mano el espacio y el tiempo). Una reflexión sobre lo vivido y lo esperado, lo desconocido.

   Pero no es punto de partida, ése sólo son mis Pájaros en la cabeza.

     ¡¡Bienvenidos a la entrada Número Cincuenta!!


Flashback de las dieciséis primeras entradas


   Como os digo el diecisiete de octubre fue un día extraño, extraño y bonito. Comportándome como un auténtico autómata bauticé este proyecto, que ha resultado tan importante para mí, como Diente de León... Creo que entonces no lo comprendía y, aunque el paso del tiempo y la vida Desde Saturno han ido despejando dudas, queda aún mucho por imaginar, leer, escribir y conocer, y espero sea emocionante. Más allá de las quimeras, puedo dejar caer que la esencia del blog y su nombre eran entonces un misterio, y hoy (aunque parcialmente desvelado) siguen siéndolo.
 
   Mi decisión era y es, focalizar temas de muy diferente interés y sentido en un único espacio, así han ido proliferando entradas de contenido cultural, político y personal de modo indistinto, aunque al ser trazadas todas ellas en mi mente y con mis manos se ven dotadas de un patrón común (ideológico y de estilo) con las que, aun sin quererlo, me desnudo ante el lector.

   Me gusta pensar que Diente de León es un punto de encuentro y evasión.

   La puerta a este portal se ha abierto unas siete mil veces, fundamentalmente a gentes de España, México, Sudamérica (Colombia, Argentina, Chile, Venezuela, Perú...) Estados Unidos y otros países de habla no hispana como Alemania o Rusia. Todas las visitas son bienvenidas, más aun si acompaña comentario, pues demuestra que el contenido despierta algún interés... pero la estadística no deja de ser un número, y no ha condicionado ni condiciona en absoluto mis palabras.

   El futuro siempre es un misterio. He ido dejando promesas por cumplir, así la cadena de entradas sobre Lo que la tele nos dejó..., alguna sobre la Edad de Oro del pop español y varios ases que guardo bajo la manga. Volverán, de forma intermitente, las entradas dobles y puede, quién lo sabe, que se avecine un cuarto cambio de look (de esos que tanto me divierten)...

17 a 32


   La economía, esto no es nuevo, encuentra hoy un hueco en todas las tertulias, debates y telediarios que se mueven en el país. La materia me apasiona y desborda... pero también me satura, y esa atracción magnética que ha producido la crisis económica en la sociedad, a la que encuentro cada día más confusa y exhausta, me obliga a dejar apartado, al menos por el momento, la reflexión sobre un futuro económico y financiero que se dibuja difuso. Apuesto, una vez más, que nos dirigimos Hacia la verde inmensidad. Dejemos que hable el tiempo.

   La política, nacional e internacional, han sido un pilar fundamental para el blog. El inmenso descontento que impera en nuestro país hacia los tres poderes que dan vida al Estado de Derecho, ponen en jaque a la España constitucional trazada en el '78. Confrontación social que se acentúa respecto de la clase política, la encargada de hacer posible el ideal democrático, con movimientos tan célebres como el del quince de marzo "15M" en Sol.

   Siempre digo que nada es bueno por el hecho de ser costumbre (¿qué hay sobre la tauromaquia?), es posible que una revolución "sin retorno" en distintos campos de la vida pública depure los fallos sistémicos actuales, devolviendo la voz "dormida" al pueblo y enriqueciendo, en definitiva, la democracia. Supongo que las alternativas realistas siempre son de recibo, al menos para los más tolerantes y, claro está, los que no ven peligrar su sueldo.

Carteleras trigésimo tercera a cuadragésimo nona (salvo No llores por mí)


   En otro orden, el Diente de León siempre ha gustado verse vestido de muchos colores, de esos que sólo es capaz de ofrecer la cultura. La música, la literatura, el arte y el cine le son intrínsecos.

   Entradas como Tim BurtonPlaneta Ghibli o Follow the city lights brotan del dinamismo y la ilusión.

   Me encanta verme tan pragmático como el Diente de León, conocer y soñar; supongo que a veces me excedo relatando mis estupideces (como en Palomitas de Maíz). También me gusta rodearme de personas de las que aprender y con las que crecer. Frente a ambas afirmaciones, apertura cultural y social, reconozco mi reserva y mi evasión... en un mundo que, a menudo, se muestra complejo a mis ojos. Cruentamente humano.

   En esta entrada descontextualizada, regalo a la lealtad del lector silencioso, sólo deseo rescatar unas líneas de "Dos Mujeres en Praga" de Juan José Millás, en una escena formidable en que Álvaro Abril dialoga con una prostituta:

-Soy escritor- dijo Álvaro, e inexplicablemente se le saltaron las lágrimas como a Luz Acaso cuando le había dicho que era viuda.
-Conozco a otro escritor que se echa a llorar por nada también. Sois unos flojos.
-No es que seamos flojos- respondió él reprimiendo el llanto-, es que la vida nos debe algo que no nos da.

(...)

¿Volvemos a volar?





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miércoles, 13 de junio de 2012

Tonta canción de Eurovisión

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   Como cada mes de mayo, Europa volvió a congregarse a la caída de una tarde de sábado celebrando el festival musical más célebre de su historia. Probablemente una de las mejores representaciones de la unión cultural que se vive en el continente.

   La trayectoria del festival, que cuenta ya más de cincuenta años, es de hecho el reflejo de la realidad que ha ido transformando a Europa hacía una mayor integración y apertura en las fronteras. Así mientras en los primeros años de vida de Eurovisión, la participación era casi exclusiva de los más occidentales, la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética y de Yugoslavia, se resuelven en una pluralidad de participantes, lo que ha obligado incluso a deslindar la final de varias semifinales previas en que se criban los países que presentan mejores propuestas de cara a la edición de ese año.

  Puede que fuera con las semifinales, o incluso mucho antes con la aparición del televoto, cuando los pueblos de toda Europa fueron espectadores de una evolución del certamen, que para muchos supone la degeneración de su esencia. Se habla de la politización del voto, aunque la realidad hoy en día no es sino su reparto por criterios esencialmente migratorios y, desde luego, geográficos.

  La implantación del Big-Four en 2000, cuatro países que por contribución a la UER permanecerían ajenos a las semifinales, salvo en el ejercicio del voto (yendo directamente a la final con el anfitrión) debió disgustar a la inmensa mayoría de países (más de cuarenta) que habrían de pelear su plaza en la final mientras Alemania, España, Francia y Reino Unido (hoy también Italia) la tenían garantizada. La reacción generalizada fue precisamente un rechazo masivo a estos países, que lo tenían y tienen más fácil, y un colegueo de votos sobre todo en el este europeo. Así en el año 2006 las cuatro últimas posiciones las ocupaban, cosas del azar y los gustos musicales, estos países.

  Avanza el formato y en el año 2008, Reino Unido disconforme con su plaza (la última de ese año) exige a la UER una devolución del voto a los jurados profesionales. Hecho que con más o menos acierto ha conseguido devolver esporádicamente el éxito a los estados finalistas perdedores. Alemania ganó en 2010.

   Hasta aquí no hay ninguna duda, y parece que la única solución que palia el conflicto es presentar un gran tema, como ha hecho este año Suecia (ganadora de 2012) para romper definitivamente la barrera territorial, política o sistémica que presenta el festival, seguramente no sólo con la votación popular sino muy probablemente con la valoración profesional.

  El problema, y lo que me empuja a escribir una entrada sobre Eurovisión, que por lo demás puede resultar bastante aburrido... no es sino lo acaecido este año en Bakú, la capital de Azerbaiyán, ganadora en 2011.

  Y es que saltó a todos los diarios la noticia de un fallido ataque terrorista en la sede del festival durante la celebración del mismo. Este hecho aparentemente aislado, viene a jugar con una serie de acontecimientos y declaraciones posteriores que nos obligan a abrir los ojos sobre quién y cómo se juega en un programa en que se estudia la mejor canción y que esconde el acercamiento de las gentes de Europa.

  Azerbaiyán aparece como un país autoritario, de escasas posibilidades democráticas y generalizada corrupción, así lo califica la británica The Economist. País mayoritariamente musulmán y muy distante en espacio y cultura del continente, mantiene vivos los lazos que lo ataban a la antigua Unión Soviética, alineado a Rusia en la Comunidad de Estados Independientes. Hasta no hace mucho era considerado un país asiático o euroasiático, pero parece que las Comunidades Europeas tratan de acercar fronteras a países como éste, así también Armenia, Georgia y Kazjistán.

  Con este cartel, y teniendo en cuenta el criterio que utilizan los miembros para votarse entre sí en Eurovisión, resulta cuanto menos sorprendente que no haya bajado de los cinco primeros puestos desde 2009, comenzando su andadura un año antes.

   El olor a pólvora que debió dejar el frustrado intento del ataque terrorista no era la única preocupación de su gobierno esa noche. Salta a la luz una posible táctica que explicaría el éxito de Bakú, consistente en la contrata de empresas que se movilizan hacia países pequeños, donde es más fácil mediatizar el sentido del voto (así en Malta o en Chipre) repitiendo excelentes resultados, aun sin mediar el apoyo de ese jurado profesional.

  Lo que aparecía como un rumor va tomando forma, y estos pequeños países ya se han pronunciado, en informes que dejan caer el "fraude" en el torneo. La respuesta (por otra parte, de los perdedores como Francia) no se ha hecho esperar y se reclama un mínimo democrático para entrar a participar en el festival. Esto es lo que venimos llamando mezclar churras con merinas. Quiero recordar al lector que, si bien es muy probable que Azerbaiyán presente la estructura de un país dictatorial, no es menos cierto que España alcanza sus éxitos en los sesenta en que gobernaba el general Franco. Ello no debía impedir a nuestro país o al suyo participar en un concurso en que se premia el mejor tema, en términos netamente artísticos. Mezclar este problema con el de televoto es muy serio, porque uno afecta a las bases del concurso y el democrático a su legitimidad como gobierno. Es evidente que el segundo excede al festival. La reivindicación democrática, desde luego loable en cualquier foro, debería inscribirse en relación a la implantación de suficientes medidas de seguridad a quienes acuden a la sede a disfrutar de las músicas europeas.

  Mientras tanto en España (ajena a la polémica) se sigue celebrando una décima posición de Pastora Soler que brilló en el escenario de Bakú y, no exenta de críticas, recibió un gran dato (97 puntos). Aunque desde luego muy distante de los primeros puestos (los 372 de la ganadora Loreen).

  También aquí la nitidez de los resultados nos devuelve a la realidad en que se mueve el concurso, la mayoría de los países que reciben mejores puntuaciones (salvo la ganadora) se encontraban en la mitad oriental antes de la caída del muro de Berlín.



(...)

   Para acabar, he aquí una de mis teorías absurdas: este certamen, así como otras muchas competiciones sobre todo en lo deportivo (valga de ejemplo la Eurocopa, que se juega estos días) están sirviendo para dar a conocer a los europeos quienes son sus vecinos o cuán extenso es el continente, lo que no siempre está claro. Desde luego dicho acercamiento trasciende de lo social/cultural a lo político con el avance de una Unión Europea con vocación imperialista o de macro-potencia (en julio de 2013 acogerá a Croacia, y algunos apostamos que quizás también a Islandia). Pero es importante que ralentice sus pasos mientras existan estados que no se vean capacitados para hacer frente al sueño europeo.

   Podemos competir por la mejor canción pero no hay debate en la protección de los derechos fundamentales y la garantía del Estado de Derecho. Esto es una línea roja.

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miércoles, 30 de mayo de 2012

Chuta, dispara y... ¡GOL!

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   ¡Hola Bloggers! Vuelvo a casa como "El hijo Pródigo" y lo hago después de una de las mayores temporadas sin escribir, eso sí, vengo con la maleta cargada de historias, de aires y gente nueva que no cambian mi persona pero sí mi realidad. Y es que la vida se desenvuelve muy diferente en virtud de la calidad de su marco, aún siendo ésta el reflejo de una pintura extraordinaria.

  Con la jornada pre-veraniega ven la luz nuevas entradas que enraízan el diente de león. Si quieren pasar son bienvenidos, pero no soplen muy fuerte las paredes o destruirán su estructura y su belleza.

(...)

   Hoy quiero hablar de fútbol, y lo hago consciente de la cantidad de noticias económicas que sacuden nuestro país todos los días amargando el despertar a muchas personas. Yo tengo un juego, seguramente ridículo, que consiste en abrir la página web de los grandes diarios del país, un día al azar, me dedico a contar el número de noticias que tienen trasfondo económico, o bajo cuya realidad se esconde la crisis económica... me atrevería a decir que el porcentaje supera ampliamente el cincuenta por ciento. Es precisamente por ello, por la saturación a la que nos vemos sometidos y desde luego a la felicidad del ignorante, que hoy deseo dejarlas totalmente apartadas, vendarnos los ojos de un modo estúpido recreándonos en lo único que parece relajar el corazón nervioso de los españoles: el deporte rey, el fútbol.

   En este año 2012, la selección española de fútbol "la roja", ganadora de la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008 y el mundial de Sudáfrica de 2010, puede batir aun más records haciéndose nuevamente con el título europeo, esta vez en Polonia y Ucrania, y la medalla olímpica en Londres. Es pues un escenario único para demostrar que no hay mejores futbolistas que los que se crían en estas canteras.

   Pero además de las competiciones internacionales, en las que España viene demostrando su solidez frente a otras grandes como Alemania, Italia u Holanda, es obligado hablar en una entrada sobre fútbol de los grandes retos a los que se vienen enfrentando los equipos de la Liga de Fútbol Profesional (acuñada hoy con el nombre de un banco que paga muy bien). Así pues me dispongo a empezar un auténtico "Carrusel deportivo", de esos que llenaban las tardes de domingo, antes de la salida de SER de Paco González y Pepe Domingo Castaño.

   La LFP este año ha sido para el Real Madrid, no es noticia, como tampoco lo es su clásica competición con el Barça... El escándalo mediático que generan un puñado de declaraciones absurdas que, sin embargo, son capaces de llenar las tertulias de multitud de medios (corre a mi cabeza el Punto Pelota, con los fútiles debates de Tomás Roncero y Carme Barceló) en que más que el deporte prima el morbo. Rozando los límites de lo ridículo cuando se ha jugado un partido importantísimo y los protagonistas no son las cabezas de la liga, decae en paradoja irremediable verse condenados al claustro y la opacidad ante la noticia tonta del día de Barça o Madrid. 

   La pescadilla se muerde la cola. Estos dos equipos que parten de unos ingresos de base muy superiores (merchandising, competiciones, número de aficionados...) consiguen además una recepción de caudales por derechos de televisión, que se cifraban en ciento cuarenta millones de euros para cada uno el último año, esto es, sólo entre los dos perciben el 46.6% del total a pagar a los veinte equipos que juegan en primera división (a esta masa patrimonial podemos sumar las deudas de los equipos con la Hacienda pública, que bien merece otro debate). 

   La preponderancia de ambos clubes en televisión y caja se resuelve en una mayor capacidad a la hora de "adquirir" a una serie de jugadores, si se quiere de mayor prestigio, en la búsqueda del dream team, el equipo perfecto que cualquier entrenador codiciaría, haciendo inalcanzable al resto de competidores las metas conseguidas por los anteriores, asegurando de este modo el mantenimiento de su fortaleza a futuro y, no menos importante, la concreción de una liga dual.

  Así pues no merece admiración alguna Mourinho, el técnico madridista, que no es sino el fruto de una adquisición compulsiva de los blancos, a quien tenemos que oír sandeces cada fin de semana y que presume de un no sé qué, a parte de un sueldo desorbitado, mientras llora los errores arbitrales que le son perjudiciales.

  Sentimientos opuestos merece para mí Guardiola, el técnico blaugrana, a quien me permito dedicar la entrada tras la despedida del club que le dio la gloria. Personificando la humildad, reconociendo la valía de sus jugadores, haciendo de su club mucho más que un equipo integrado de fútbol, haciendo de la masía una familia.

   Por lo demás mi posición con los dos equipos sólo puede ser equidistante. 

   Si tengo un favorito, que lo tengo, ese es el Atlético de Madrid, campeón de la Europa League, brillante en cada partido y resucitado por el Cholo Simeone, parece que los sueños colchoneros habrán de limitarse por el momento a esta segunda liga europea, pero mientras los defienda con grandeza y dignidad, los seguidores estaremos orgullosos.

   Orgullosos pueden estar los aficionados del Athletic, los bilbaínos gozaron de noches de gloria en España y Europa, aunque se quedaron a las puertas de título en las competiciones en que eran aspirantes y finalistas. Para mí son ganadores por el modo en que enfrentaron sus retos, lo importante no es ganar sino disfrutar del juego, y esa satisfacción puede respirarse en las calles de Bilbao.

   Por lo demás y retornando al viejo debate, me parece absurdo hablar de una revolución en este mundo, además de altamente improbable. Dos son los factores que mueven el deporte favorito de los españoles, el mal llamado fútbol europeo (si bien su origen es inglés, la difusión a Sudamérica significa hoy la mayor importación de figuras a los equipos de Londres, Madrid o Barcelona). Me refiero al dinero y la afición.

   El ejemplo perfecto de lo anterior es el Málaga, que este año recibía el respaldo de una nueva presidencia que saneaba las cuentas y desplegaba un ejército de jugadores de primera, alcanzando la preciada zona Champions. La teoría que propongo decae sin embargo con el caso de Villarreal, en que acompañando ambos factores, con las finanzas de Roig y el espíritu del submarino amarillo, no le han impedido caer en las profundidades de la olvidada segunda división.

   Por ello, concluyo que deben existir muchos otros elementos que desconozco, pues aun siendo importantes los anteriores siempre hay once hombres que salen al campo, y es fundamental que lo hagan dejándose la piel. Claro está, también caben los escepticismos de quienes piensan que en el fútbol, ese deporte que sirve para silenciar a las masas, todos son fuegos de artificio.



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domingo, 22 de abril de 2012

No llores por mí

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   Tras el escenario del musical Evita en un teatro de la Gran Vía madrileña, puede escucharse todavía el eco de los aplausos y vítores que dejaron quienes habían ido a disfrutar de unas horas con la vida de una mujer tan emblemática en la historia de Argentina como fue Eva Perón. 

   La trascendencia en la cultura española de personajes argentinos como el matrimonio Perón, no se limita afortunadamente a la vida política, huelga hablar de la versatilidad literaria de Borges, los trazos rebeldes de Quino o los tangos soñadores de Gardel. Obras importadas con destreza por las gentes de nuestro país en su afán por desvelar lo hermoso que se esconde en el mundo, máxime cuando éste es hispano por igual.

   Desde luego, y esto parece evidente, la historia de Argentina no se escribe ni se relata sin la participación de España. Los lazos que surgen en la época colonial, de la que conocemos tan poco y algunos tememos tanto, llegan a la actualidad arrastrando un importante acervo cultural, bajo el cual se esconde una relación fraterna. 

   También colabora en la formación de este movimiento la dimensión de la migración entre países y el desarrollo de diásporas hispano-argentinas en el estado de acogida. Quiero focalizar la atención en la segunda mitad del siglo XX en España en un contexto de posguerra y durante el tiempo conocido como "la dicta-blanda" de mediados de los 50 hasta la muerte del dictador, en que cientos de miles de españoles aprovecharon la mayor apertura de fronteras y las oportunidades que ofrecía el continente americano, para materializar expectativas y sueños. Las constantes crisis políticas y económicas en Argentina tampoco fomentaban un clima social y familiar idílico lo que invirtió a menudo el sentido de las masas. 

   Parece entonces obra de algún maquiavélico novelista la dramática situación que viven estos días los gobiernos de uno y otro país, en que el Atlántico que los baña empequeñece cuando ambas sacan su orgullo y su bandera.

   Y la cuestión, como en tantos otros conflictos internacionales, vuelve a caer en los pesados brazos del petróleo. Desde que el 16 de abril la presidenta de Argentina, Fernández de Kirchner, estimase la utilidad pública de los recursos naturales petrolíferos y la sujeción a expropiación de YPF, mayoritariamente en manos de Repsol, saltaron todas las alarmas. Cierto es que en días previos las comidillas políticas ya habían tenido ocasión de hacerse eco de los rumores y en Moncloa se mantenían infructíferas conversaciones con la delegación diplomática en Madrid. Poco más podía hacerse ante el planteamiento de ofensivas que fueran recibidas con hostilidad en la Casa Rosada, y de las que ha habido cuenta y desaparece el reparo tras el pronunciamiento de Kirchner.

   La posición española trazada por Rajoy y los suyos responde a un alineamiento con la compañía (una de las seis grandes del IBEX 35) en aras de proteger la seguridad jurídico internacional en que operan todas las firmas, no sólo energéticas ni españolas, como consecuencia del capitalismo globalizado en que hemos "aceptado" vivir. En este sentido las mayores críticas a la que se está convirtiendo en la estrategia del gobierno de Mariano proceden fundamentalmente de quienes no confían en este modelo de mercado, y entienden un fin lógico del avance social la nacionalización de los recursos naturales, en España la Izquierda Unida o Plural, así como los gobiernos de Brasil, Venezuela o Bolivia comulgan con la decisión de Kirchner. 

   ¿Pero cuál es la respuesta española? Lo cierto es que se está gestando, aunque se perfilan el cierre a algunas importaciones o la presentación de quejas ante la OMC, lo que es claro es que nuestro país no está dispuesto a abonar en solitario el descrédito de las políticas de Kirchner. En su particular cruzada se ha encontrado con la Unión Europea (y el margen que le otorgan las bases jurídicas conferidas por los Estados Miembros en los Tratados) y en especial con ese grupo de países que mantienen con más vehemencia el sueño comunitario "El Club de Berlín", la respuesta firme de México y Colombia, y algo más tibia de Estados Unidos (que mantiene intereses comerciales en Argentina). 

   Me he permitido leer un buen número de artículos de aquí y allí, de la edición digital de La Nación argentina y El País español. En los diarios de Madrid se subraya la palabra expropiar, y se rodea de otras no tan agradables que dejan entrever el subyacente ilícito de este tipo de políticas, en Buenos Aires se habla de nacionalizar, re-estatalizar o devolver la soberanía. Aunque en su ejercicio periodístico ambos son críticos con unas posturas que no son llamativas por enfrentadas sino por ser sumamente arriesgadas en el contexto económico en que nos desenvolvemos.

   Vivimos en el desmoronamiento de la relación institucional entre países, y lo que empiezo a creer probable, puede conllevar un rencor o aversión social entre sus gentes que me parece infinitamente más grave, pues no puedo ni debo ignorar lo que simboliza para muchos argentinos la petrolera YPF, que compromete el mayor número de empleos del país. 

   ¿Qué pensará Mafalda de todo esto? A dormivela entre las viñetas de Quino puede que vea, como yo, la quiebra entre dos hermanos nómadas que comparten mucho más que un idioma.





   
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domingo, 25 de marzo de 2012

La mujer y la lluvia

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   En la cama con legañas en los ojos y remolinos en el pelo, he oído el golpecito de la lluvia en la ventana... Quizás por eso, o puede que sólo sea por el sueño, me he dado la vuelta y me he hecho un ovillo. Feliz y extraña es la bipolaridad del tiempo, casi tanto como la de mi estado de ánimo.

   Lluvia que limpia la tristeza y la preocupación, llena los embalses y los cauces de los ríos, despeja la suciedad de Madrid y riega los campos de la Mancha. Son las Aguas de Marzo como rezaba la bossa nova  de Tom Jobin, versionada de forma brillante por Sole Giménez con su elegante voz. Aunque la suya, como es natural en esta época en el hemisferio sur y la hermosa Brasil, estuviese pensando en el adiós del verano y el despertar del otoño... en este lado de la bola terráquea vivimos el equinoccio de primavera. Hoy quiero traer la canción al Diente como un pedazo más de mí para el mundo, pues aunque no me pertenezca me veo capaz de compartirla. Y en ese sentido es también mía.


   Vencidos por la prisa, por el ruido y la histeria. Tenemos que soportar las sandeces de un cualquiera e incluso a veces las de quienes merecieron nuestra atención... Karl Lagerfeld, grande de la costura y padre de Chanel llama gorda a Adele, la nueva reina del soul (la música del alma), y una de esas voces de reconocida protección en este blog como os he hecho saber con el transcurso de las entradas. Puede que el viejo Lagerfeld haya dejado de ser joven a los 78 y puede que ahora esté completamente pasado de moda. Es el momento de dejarme llevar por la tibieza del agua y la calma de la primavera.

   Después de todo, marzo es el mes de la mujer. La primavera y la mujer están relacionadas de un modo muy sensible y preciosista. Florecen la naturaleza y la belleza que describen a una y otra de forma indistinta y pareja. Es la imagen de la mujer que ama al mundo y a sí misma, de la que sueña y la luchadora, de la que rompe y rasga. Mujer que no necesita de nadie y odia las etiquetas, de la que emana un fulgor invisible a ojos de ciego que abraza a quienes rodea. De ellas. 

   Fue precisamente en marzo, el día 25 de un lejano 1911, en que se produjo un gran infortunio que dejaría una mancha indeleble en la memoria de la ciudad de Nueva York. El incendio en la fábrica "Triangle Shirtwaist" se llevó la vida de 146 mujeres, poco después de que se festejara un día simbólico en que se enunciaba la igualdad, entonces ficticia o utópica, de la mujer trabajadora. Cristalizada consecuencia de la cesión de innumerables derechos laborales.

   La sociedad se enfrentaba entonces a una igualdad curiosa en que la mujer trabajaba por un sueldo muy inferior al del hombre, debía atender las labores del hogar y estaba en buena medida subordinada a la decisión de un varón (padre o esposo).

   La incorporación de los movimientos feministas a la realidad política internacional supuso en su momento un acercamiento que pudo salvar, al menos en lo jurídico, la brecha abierta entre el modo de vida de distintas personas, condicionado a que hubieran nacido con un sexo u otro. También con los años se fue limando dicha distancia en la realidad social (hallazgo mucho más valioso), aunque es cierto que lo hizo de un modo lento y aún hoy algo difuso. La mujer española se empieza a incorporar al mercado laboral en los sesenta pero mantiene imperturbable su rol de ama de casa. Así en nuestro país como en el resto del mundo, si bien con diferencias entre el progresismo europeo y el de otras regiones. Es una cuestión triste y enteramente cultural.

   La lluvia ha borrado la ceniza que dejó el incendio de 1911 y el de muchas otras batallas perdidas. Sólo nos queda seguir luchando porque la igualdad no sea un valor en abstracto enunciado en viejos códigos y leyes, admirando en la rutina la difícil trayectoria de la mujer en el tiempo. Probablemente uno de los seres más fuertes de la creación.



Rain Princess de Leonid Afremov



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domingo, 18 de marzo de 2012

Sobre el alambre

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   La una de la madrugada y no puedes dormir... pobre personaje insomne, quién o qué te roba el sueño esta noche. Como el náufrago que acaba de ser arrastrado a una isla desierta, solo y confundido, gritas con furia a la marea porqué te trajo aquí, porqué no se deshizo de tu cuerpo en el azul profundo de su alma.

   Ya es tarde para ti. Se apaga la luz y comienza la pesadilla.

(...)

   Ocho de la mañana y el despertador se vuelve taladro, es sorprendente el poder evolutivo del reloj que por la noche a penas hacía un ruido y ahora amenaza con explotar de un momento a otro. Vuelves a remolonear una y otra vez, pero él que es mucho más listo que tú no se calla aunque lo silencies, vuelve y vuelve a sonar hasta que vence la pelea. Y más vale que la venza.

   El desayuno ha de ser ligero si quieres que te cunda la mañana, haces algo de ejercicio si el día no se presenta ajetreado y una duchita rápida. Es el momento de trabajar. Cuando estás a tope y en la cima te das cuenta que es la hora de comer y no estás para tonterías, recoges los bártulos cuando apenas habías empezado la jornada y vas a por el almuerzo.

   Cogiendo metros y cercanías sientes que el cuerpo se encoge, te haces pequeño entre la masa. O es tu cuerpo el que se integra en la mole... Es en el trayecto caluroso en el que haces la digestión agobiado, ¿qué fue de las siestas de verano? a pierna suelta entre sábanas blancas, podían darte las seis o las siete que nadie podía moverte de la cama. Ahora tu cerebro es una hucha de preocupaciones, y la primera es no llegar tarde.

   El trabajo hoy es estresante, como ayer y antes de ayer... y algo te dice que como mañana y pasado. Cuando sales de tu encierro eres un zombi, alguien se comió lo que te quedaba de cerebro y ya no puedes permitirte el placer de pensar libremente. Arrastras la mochila y las ojeras y empiezas el gris viaje de vuelta a casa. 

   Ya es de noche y hace frío, no queda un alma en la calle y no reconoces ni a tu sombra, cerraste el trabajo, el transporte público y parece que las calles. Quien pudiera madrugar un poco más ¡para ver cómo dibujan las aceras de la ciudad mientras todos duermen! qué estúpido... si no fuera por eso del sueño podrías disfrutar de unas buenas horas para hacer lo que más te gusta: Ver las estrellas y hablar con la luna. 

   No es el caso, y cuando llegas a casa, no eres persona ni zombi, eres el rastro que queda cuando tú te has ido. Sin gana de hablar de nada ni nadie, de ver ni de ser visto. Bajas las persianas, apagas la luz y pides al cielo que mañana sea un poco mejor que hoy. 

   La una de la madrugada y no puedes dormir... una pregunta recorre tu cuerpo y lo atenaza. ¿Quién es el extraño que se ha apoderado de tu juventud? ¿Quién vive en ti?

(...)

   Pasa un metro muy deprisa. Hay quienes decían que te habían visto demasiado cerca de la línea de la muerte. La locomotora sigue su camino y tu cuerpo es fruto de la nada y de la indiferencia. Y tú que te preguntabas cómo vivirían los animales. Descansa por fin tu alma.





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