Hola bloggers! ... hace algunas semanas, en una de las entradas más bonitas de este Diente "Desde Saturno" reflexionaba vagamente sobre lo pobre que me parecía la televisión actual; creedme cuando os digo que fue algo, al menos parcialmente, injusto. En mi vida he visto mucha tele, creo que demasiada... y hoy que la he abandonado casi por completo, puedo decir que no la echo de menos. Sin embargo, mentiría si os dijera que no hay un puñado de joyas que merecen ser excluidas de tan duro argumento.
La entrada de hoy, como algunas otras que irán llegando con el paso de los meses, va enfocada precisamente a ello, rebuscar en las entrañas de eso que llaman "caja tonta" para expresar con el mayor cariño lo que la tele nos dejó...
Es de creer que habrá más de uno y dos lectores que no se sentirán identificados con mi selección televisiva; a ellos y a los demás deseo haceros partícipes de las facilidades incorporadas a Diente de León en la valoración de entradas: "Reacción del lector" y, especialmente, la expresión de comentarios. Participad y haced grande el blog.
Esta primera entrada recoge la que para mí ha sido la mejor serie animada de la historia y, digo más, la mejor serie sin matices... Que puedo decir si he crecido, reído y soñado con la familia amarilla de Springfield, con los Simpson.
Es curioso como hay cosas en la vida que aún con el paso del tiempo nos siguen gustando exactamente igual que el primer día. Quiero pensar en la llegada de las ferias de verano a mi pueblo y del calor de julio que pega fuerte en la calle, es entonces cuando mi madre y yo comemos el delicioso turrón de cacahuet de Castuera, el mismo que tomaba ella cuando era una niña, el de todos los años...
Sensación similar me evoca Los Simpson, una serie inteligente y divertida, sobre todo divertida... 22 años tiene esta firma, convirtiéndose en la más longeva del prime time estadounidense; Su evolución, sin embargo, es irregular. En la actualidad la serie parece dejar de lado el carácter rompedor y adulto de que gozaba en su época dorada para integrarse en la densa mole de series infantiles, que tradicionalmente ha caracterizado al género animado. Algo que quiero asociar a un cambio generacional en el espectador, y tal vez, en el caso de España el nuevo doblaje de Homer hacia la temporada 12, que diluye en gran medida la magia del mítico personaje.
Con todo, esa es la única crítica que me permito y reconozco, tras ver tooooooodas las temporadas (la mayoría en más de una ocasión), que el legado que dejaron esos grandiosos capítulos (los de la serie aún en despegue) es absolutamente impagable. Para quién no conozca esta obra, debe haber uno o dos mortales, tal vez tres, o para aquellos que aún conociéndola la odien o no la comprendan... Allá van cinco puntos clave, por los que creo que la serie es y ha sido tan memorable:
1. Homer J. Simpson. Extraordinariamente divertido... dicen que Matt Groening quiso volcar en él a su estereotipo de hombre americano y republicano, un ignorante, gordo, alcohólico y perezoso con fortuna en la vida, y que disfruta y padece al máximo con cada nimiedad; vehemente y entrañable, resulta imposible no adorarle.
2. Marge Simpson. Parece, en muchos casos, la gran incomprendida por el espectador. Mujer pegada a un moño, cumple el clásico roll de ama de casa con pocas preocupaciones ajenas al mismo, salvo algún episodio de ludopatía o aerofobia. Es muy madre y muy gruñona; probablemente lo mejor de Marge, y lo que la diferencia del resto del elenco, es que no desea hacerse notar.
3. Bart Simpson. Es el ídolo infantil y travieso por excelencia, al menos de las dos últimas décadas. En el caso de Bart se conjuga una notable inteligencia normalmente enfocada a hacer el mal, lo que le empuja al gamberrismo y el suspenso. Sin embargo, el personaje suele demostrar su valía en circunstancias de cierto peso emocional, donde además de valiente resulta bastante sensible.
4. Lisa Simpson. Es la niña perfecta: ecologista, vegana, feminista y, sobre todo, trabajadora. Cumple el perfil de empollona, y desarrolla una madurez extraordinaria (cosas de la ficción) para cualquier persona de ocho años. Es el contrapunto de su hermano Bart, y todos sus actos están movidos por un halo de lealtad, convicción moral y, por qué no, de amor propio.
5. Maggie Simpson. El bebé de la familia, a simple vista resulta intrascendente (quiero pensar en Homer, equiparándola en su afecto con la tele o el perro...) y, sin embargo, nos ha regalado varios de los mejores capítulos de la serie "La primera palabra de Lisa" (en que la pequeña Maggie es protagonista) o "¿Quién disparó al Señor Burns?" (que cierra la sexta y abre la séptima temporada).
Cinco claves de éxito y miles de razones ocultas, para descubrir o seguir disfrutando de esta joya formidable que la tele nos dejó...
