by Jesús Morales Serrano... Con la tecnología de Blogger.
miércoles, 30 de mayo de 2012

Chuta, dispara y... ¡GOL!

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   ¡Hola Bloggers! Vuelvo a casa como "El hijo Pródigo" y lo hago después de una de las mayores temporadas sin escribir, eso sí, vengo con la maleta cargada de historias, de aires y gente nueva que no cambian mi persona pero sí mi realidad. Y es que la vida se desenvuelve muy diferente en virtud de la calidad de su marco, aún siendo ésta el reflejo de una pintura extraordinaria.

  Con la jornada pre-veraniega ven la luz nuevas entradas que enraízan el diente de león. Si quieren pasar son bienvenidos, pero no soplen muy fuerte las paredes o destruirán su estructura y su belleza.

(...)

   Hoy quiero hablar de fútbol, y lo hago consciente de la cantidad de noticias económicas que sacuden nuestro país todos los días amargando el despertar a muchas personas. Yo tengo un juego, seguramente ridículo, que consiste en abrir la página web de los grandes diarios del país, un día al azar, me dedico a contar el número de noticias que tienen trasfondo económico, o bajo cuya realidad se esconde la crisis económica... me atrevería a decir que el porcentaje supera ampliamente el cincuenta por ciento. Es precisamente por ello, por la saturación a la que nos vemos sometidos y desde luego a la felicidad del ignorante, que hoy deseo dejarlas totalmente apartadas, vendarnos los ojos de un modo estúpido recreándonos en lo único que parece relajar el corazón nervioso de los españoles: el deporte rey, el fútbol.

   En este año 2012, la selección española de fútbol "la roja", ganadora de la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008 y el mundial de Sudáfrica de 2010, puede batir aun más records haciéndose nuevamente con el título europeo, esta vez en Polonia y Ucrania, y la medalla olímpica en Londres. Es pues un escenario único para demostrar que no hay mejores futbolistas que los que se crían en estas canteras.

   Pero además de las competiciones internacionales, en las que España viene demostrando su solidez frente a otras grandes como Alemania, Italia u Holanda, es obligado hablar en una entrada sobre fútbol de los grandes retos a los que se vienen enfrentando los equipos de la Liga de Fútbol Profesional (acuñada hoy con el nombre de un banco que paga muy bien). Así pues me dispongo a empezar un auténtico "Carrusel deportivo", de esos que llenaban las tardes de domingo, antes de la salida de SER de Paco González y Pepe Domingo Castaño.

   La LFP este año ha sido para el Real Madrid, no es noticia, como tampoco lo es su clásica competición con el Barça... El escándalo mediático que generan un puñado de declaraciones absurdas que, sin embargo, son capaces de llenar las tertulias de multitud de medios (corre a mi cabeza el Punto Pelota, con los fútiles debates de Tomás Roncero y Carme Barceló) en que más que el deporte prima el morbo. Rozando los límites de lo ridículo cuando se ha jugado un partido importantísimo y los protagonistas no son las cabezas de la liga, decae en paradoja irremediable verse condenados al claustro y la opacidad ante la noticia tonta del día de Barça o Madrid. 

   La pescadilla se muerde la cola. Estos dos equipos que parten de unos ingresos de base muy superiores (merchandising, competiciones, número de aficionados...) consiguen además una recepción de caudales por derechos de televisión, que se cifraban en ciento cuarenta millones de euros para cada uno el último año, esto es, sólo entre los dos perciben el 46.6% del total a pagar a los veinte equipos que juegan en primera división (a esta masa patrimonial podemos sumar las deudas de los equipos con la Hacienda pública, que bien merece otro debate). 

   La preponderancia de ambos clubes en televisión y caja se resuelve en una mayor capacidad a la hora de "adquirir" a una serie de jugadores, si se quiere de mayor prestigio, en la búsqueda del dream team, el equipo perfecto que cualquier entrenador codiciaría, haciendo inalcanzable al resto de competidores las metas conseguidas por los anteriores, asegurando de este modo el mantenimiento de su fortaleza a futuro y, no menos importante, la concreción de una liga dual.

  Así pues no merece admiración alguna Mourinho, el técnico madridista, que no es sino el fruto de una adquisición compulsiva de los blancos, a quien tenemos que oír sandeces cada fin de semana y que presume de un no sé qué, a parte de un sueldo desorbitado, mientras llora los errores arbitrales que le son perjudiciales.

  Sentimientos opuestos merece para mí Guardiola, el técnico blaugrana, a quien me permito dedicar la entrada tras la despedida del club que le dio la gloria. Personificando la humildad, reconociendo la valía de sus jugadores, haciendo de su club mucho más que un equipo integrado de fútbol, haciendo de la masía una familia.

   Por lo demás mi posición con los dos equipos sólo puede ser equidistante. 

   Si tengo un favorito, que lo tengo, ese es el Atlético de Madrid, campeón de la Europa League, brillante en cada partido y resucitado por el Cholo Simeone, parece que los sueños colchoneros habrán de limitarse por el momento a esta segunda liga europea, pero mientras los defienda con grandeza y dignidad, los seguidores estaremos orgullosos.

   Orgullosos pueden estar los aficionados del Athletic, los bilbaínos gozaron de noches de gloria en España y Europa, aunque se quedaron a las puertas de título en las competiciones en que eran aspirantes y finalistas. Para mí son ganadores por el modo en que enfrentaron sus retos, lo importante no es ganar sino disfrutar del juego, y esa satisfacción puede respirarse en las calles de Bilbao.

   Por lo demás y retornando al viejo debate, me parece absurdo hablar de una revolución en este mundo, además de altamente improbable. Dos son los factores que mueven el deporte favorito de los españoles, el mal llamado fútbol europeo (si bien su origen es inglés, la difusión a Sudamérica significa hoy la mayor importación de figuras a los equipos de Londres, Madrid o Barcelona). Me refiero al dinero y la afición.

   El ejemplo perfecto de lo anterior es el Málaga, que este año recibía el respaldo de una nueva presidencia que saneaba las cuentas y desplegaba un ejército de jugadores de primera, alcanzando la preciada zona Champions. La teoría que propongo decae sin embargo con el caso de Villarreal, en que acompañando ambos factores, con las finanzas de Roig y el espíritu del submarino amarillo, no le han impedido caer en las profundidades de la olvidada segunda división.

   Por ello, concluyo que deben existir muchos otros elementos que desconozco, pues aun siendo importantes los anteriores siempre hay once hombres que salen al campo, y es fundamental que lo hagan dejándose la piel. Claro está, también caben los escepticismos de quienes piensan que en el fútbol, ese deporte que sirve para silenciar a las masas, todos son fuegos de artificio.



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