by Jesús Morales Serrano... Con la tecnología de Blogger.
miércoles, 3 de abril de 2013

La música que preferíamos escuchar a solas.

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   Habrá sido este mes de marzo, que se me antoja más breve y más gris, que deja un sonido semejante al de la palabra pronunciada fuera de lugar y de tiempo, será que no le encuentro cabida en mi calendario, olvidado entre los recuerdos del año que se ha ido y el anhelo de la primavera remolona.

   No conozco mejor remedio para apaciguar el alma cansada que el que proporciona la música. La inyección del melómano le mueve a correr las cortinas, abrir las persianas y empujar ventanas y puertas, estimulado por el poder de una canción que revoluciona el día oscuro envolviéndolo en color, durante varios minutos mágicos en que las notas dibujan una nueva historia que, reescuchada, llena la estancia vacía. Erradicado el tedio, la tristeza y la nostalgia se evaporan.

   Quizás por el temor a que abril sea el reflejo de la desazón que dejó marzo, quizás porque tú hayas podido sentir lo mismo, he ideado una entrada que recopile algunas de aquellas canciones que preferimos escuchar a solas, la música que nos invade y que hurga en el silencio, la que nos acompaña cuando llegamos tarde y cansados a casa, la que atenúa el vértigo del tiempo y la que, sencillamente, nos regala un abrazo sincero.

(...)
 
Vincent (Don McLean)

   No era noche estrellada cuando andaba yo por el Covent Garden disfrutando de agosto, sino una mañana fresca y extrañamente soleada como la fruta recién caída del árbol cuando ha madurado lo suficiente. Fue entonces cuando la dulce melodía homenaje al artista holandés más querido, Van Gogh, despistó mis pensamientos y mis pasos, hipnotizado por las notas, cual ratoncillo de Hamelín, recorría las calles del mercado londinense prendado por el arte de aquél músico callejero. Desde luego no era Don McLean, al que, pese a lo grato de la experiencia, me hubiera gustado escuchar en directo. El neoyorquino no es sino otro cantautor maltratado por la amnesia de la historia, pero en cuya contribución al folk se puede encontrar una de las mejores facetas de la cultura popular y contemporánea estadounidense, su nombre, como el de otros grandes nacidos en los cuarenta: John Lennon, Gerry Rafferty o Aretha Franklin, merece sobrevivir al tiempo. Este tema y "American Pie" le reportaron un éxito pasajero que, del mismo modo que Vincent, desenlaza en el amargo sabor de la indiferencia.

They would not listen, they're no listen still. Perhaps they never will...
 

Titanium (David Guetta feat Sia)

   La prisa de la ciudad que no descansa se impregna del ritmo frenético del tráfico que recorre sus calles, rompe en Hit Fm aquél temazo de Guetta, "You shoot me down but I won't fall I'M TITANIUM!" y Eva que hoy lleva su viejo Polo pisa el acelerador, se puede leer en sus ojos la alegría del reencuentro con una canción que conoce bien y en la quizás se sienta retratada. Su ritmo y su letra amenazan a la pasividad y retan al pundonor. Es otra gran joya (en mi opinión la mejor) del gran dj francés que ha roto las listas de venta con su álbum "Nothing but the beat", en un estilo que se mueve entre lo comercial de la nueva tendencia en los diales europeos (música fácil y pegajosa, como la de Turn me on con la entrañable Nicky Minaj) y su más depurado y a menudo inaudible sonido electrónico. Es una paradoja que os traiga a colación este tema cuando con frecuencia ha salido del estudio vestido de monstruo de discoteca, sin embargo, lo que narra Guetta es una historia de superación, de esas que pueden vivirse junto a otras personas pero nunca con ellas. Porque esas historias, como la vida y como esta canción andan solas.



Tanto (Pablo Alborán)

   Con suavidad se apagan las luces del Palacio de los Deportes de Madrid, pero permanece lleno, no se mueve un alma y corre en el ambiente un silencio tangible, un silencio que espera impaciente la llegada de su verso. Pablo Alborán dejó hace algún tiempo de cantar y escribir, ahora es un poeta. El chico que tocaba la guitarra en su dormitorio para el mundo tras el portal de Youtube, el chico de aspecto humilde y familia noble, es un ladrón de corazones y un descubridor de la letra, y el público, que le adora, le ha convertido en el principal referente de la música española actual. Pero parece probable que a él no le importe demasiado, perdido como está en sus letras y canciones... la que hoy recojo no es sólo una más de su excelente cosecha, en ella se deshace de dolor observando los rescoldos de la que fuera una relación ardiente y plena. La profundidad de su voz inmadura no sólo narra historias de los anhelos que ha dejado el desamor, conmueve y emociona a una audiencia incapaz de dibujar en palabras sentimientos tan íntimos.



Breaking down (Florence and the Machine)

   Madrugada del viernes al sábado, la soledad de la estancia de una casa vacía poco iluminada por la tenue luz de un flexo de despacho, deja escuchar las entrañas de Madrid pidiendo un corazón con el que pasar la noche... y de la televisión, que creía apagada, ha empezado a brotar la profunda voz de Florence Welch, que no conoce mediaciones ni dobleces, instrumento letal que atraviesa lo corpóreo y baña en historias la memoria como una droga enferma al adicto, pero apareja un placer extraño. No puedo distinguir la obra que recoge Breaking Down junto con otras grandes piezas "Ceremonials" de su primer título "Lungs" dos partes de un todo perfecto, detrás del cual se esconde mucho más que el polvo que dejaron las rarezas e histrionismos de la superficie,  del que aún no conocemos continuación y que conjuga sin dificultad la mejor música independiente con el éxito comercial. El disco sigue sonando, y Florence inunda la habitación de nuevo con una letra compleja y tintes surrealistas, que rompen su resistencia, cediendo al amor y al misterio...

All alone,
On the edge of sleep,
My old familiar friend
Comes and lies down next to me.  

 (...)

I think I'm breaking down again.  


Hands on the radio (Chris Garneau)

   Las gotas de lluvia que van recorriendo lentamente mi ventana y las que borra el parabrisas, débiles, vulnerables a su atracción, absorben mi atención y ahogan mi estado de ánimo. En la tarde desapacible Garneau devuelve mi calma, su voz de terciopelo, a medio camino del susurro, es sincera y es naif. Su obra es en buena medida inaccesible a este lado del Atlántico, lo que le convierte con frecuencia en un perfecto desconocido. En sus canciones deja ver al niño que hay en él y que convive con el hombre que no alcanza a comprender el dolor aparejado al abandono o a la muerte, así es The leaving song en que, sin dejarnos escuchar el llanto, emociona con su "You are all I know" o en castellano "Eres todo lo que sé", con una letra por lo general de extraordinaria sencillez. "El Radio" recoge algún tema más alegre, como el célebre Fireflies. A medio camino Hands on the radio es quizás mi tema favorito de este autor y de esta entrada, la canción no es compleja aunque dice mucho menos de lo que quiere contar, de una despedida vespertina y breve y de la promesa de un reencuentro esperado en su pueblo favorito. Hay pocas muestras tan generosas como la de dejar libres los huecos de una historia, para que quien la escucha pueda hacerla suya.



*Bonus track: Rescue me (Fontella Bass)
 
   En algún día del último invierno me desperté con la trágica noticia de la muerte de la señora Bass, una cantante de éxito en los sesenta. Era extraño sentir lástima por ella pues no había oído hablar de la susodicha, nada que ver con aquellas otras damas de la música de renombre que nos abandonaban en 2012: Whitney Houston y Donna Summer.
-Antes de continuar un inciso: a menudo se comenta que los negros, sobre todo las mujeres negras, tienen mejores voces y es por ello que cantan tan bonito, detesto caer en generalizaciones, máxime cuando contienen un atisbo de discriminación racial, pero escuchando a cualquiera de las que menciono en esta entrada sólo puedo rendirme a la evidencia.-
   ¿Por dónde íbamos? Sí por la muerte de Bass en diciembre del año pasado... a la noticia que leía en un diario digital acompañaba el mismo vídeo que os muestro hoy, en que se presenta con fuerza ante un público enfervorecido por su carismática personalidad. Este tema "Rescue me" mucho más dinámico que el resto, incluso que el de Guetta, es al mismo tiempo un símbolo y un mensaje. El mensaje, algo manido, es el de una mujer sola que exige atención a su amor platónico. El símbolo, es parecido al que quisieron dibujar Alice Walker primero y Steven Spielberg más tarde en El color púrpura las vicisitudes a que se enfrenta una mujer negra en una sociedad como la norteamericana del siglo XX gobernada por varones blancos y protestantes. Es un canto a la libertad de expresión del ser humano que ama y, pese a visualizarla en blanco y negro, trae la alegre nota de color a la entrada.



Y tú, ¿Qué temas prefieres escuchar a solas?


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