Publicidad... cuánta es capaz de ver una persona a lo largo de su vida, y digo capaz porque el cerebro, no cabe duda, también se agota. No es extraño pasear por la ciudad del ruido y las masas y chocarte con ella, en cada esquina y acera... la situación no cambia en casa: televisión, diarios, internet... el fenómeno crece y se expande, nos persigue, quién se fija en quién¿? publicista o receptor¿?. Duele reconocer como en portales enriquecidos del contenido de la gente, para el caso Youtube, el imperio de la publicidad no sólo esté inmerso en la página, también en el contenido.
Nadie duda que la publicidad es dinero, sin marketing no hay información, y sin información no hay ventas. La cadena consumista despliega sus grandes garras y nos atrapa uno a uno idiotizando esa gran herramienta que nos distingue de los monos. Quién, como yo estudiante (y muy especialmente, el universitario de las grandes urbes) no ha visto aumentar a su alrededor el número de Black Berrys en los últimos meses, valga de ejemplo mi clase: el año pasado habría un par de ellas, en éste debe rondar la mitad del grupo. Tremendo... y lógico!.
La ficción vende, con más o menos sutileza, los productos de moda, los actores desempeñan el viejo papel de títere, cuyo objetivo, al menos en segundo grado, ya no es el de entretener al espectador, sino darle a conocer lo in y lo out, y lo que es más, enseñarle a hablar, vestir, comer o dormir.
Las empresas lo saben, aunque sólo algunas lo aprovechan con éxito. El título de la entrada rinde homenaje a una de esas preciosas campañas publicitarias que se llevaban a cabo en el siglo XIX y principios del XX, impresionantes carteleras con dibujos de excelente trazo, que conmueven al que como yo está acostumbrado al bodrio del sector.
Cartel publicitario de Société des Produits Nestlé S.A., campaña Le Bébé
(finales del XIX)
(finales del XIX)
No entro en la cuestión de si la leche en polvo de Nestlé fue causa de la muerte de muchos bebés en el mundo, o si sencillamente constituyó un complot de sus competidoras mezclado con la torpeza de las madres, tampoco es el tema que quiero tratar hoy. En cualquier caso, os facilito un fantástico artículo sobre los juicios de los años 70 que padeciera la suiza y podéis formar vuestra propia opinión.
Pese a lo crítico de mi postura hay grandes profesionales y muy buenos resultados en un mercado que sabe adaptarse a los tiempos... quiero pensar en varias campañas de mi club favorito de fútbol: el Atlético de Madrid (además de galardonadas, ponen el vello de punta al menos aficionado). He aquí mi favorita:
Después de este gran regalo, quiero acabar la entrada agradeciéndoos la fidelidad al Diente de León, que éste mes ha alcanzado 309 visitas superando el histórico mes de noviembre de 2010 con 240, no cabe duda que, aún sin publicidad, el blog fait l'admiration de tous...
Disfrutad!
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